La radiografía es un examen de diagnóstico por imagen que utiliza rayos X para generar imágenes internas del cuerpo. Este procedimiento es rápido, indoloro y muy utilizado en la medicina moderna para visualizar estructuras óseas, órganos y tejidos.
Gracias a su capacidad para detectar fracturas, infecciones y diversas alteraciones internas, la radiografía se ha convertido en una herramienta esencial en hospitales y clínicas, permitiendo un diagnóstico preciso y eficaz.
La radiografía sirve para identificar lesiones óseas, anomalías pulmonares, problemas articulares, obstrucciones digestivas, infecciones, entre otras condições. Es uno de los primeros exámenes solicitados en casos de dolor, traumatismo o sospecha de enfermedad interna.
También se emplea para controlar el progreso de tratamientos, localizar cuerpos extraños en el cuerpo y guiar procedimientos médicos, como cirugías o colocación de dispositivos médicos.
El procedimiento consiste en exponer una parte del cuerpo a una pequeña dosis de radiación ionizante. Los rayos X atraviesan el cuerpo y son absorbidos en diferentes grados por los tejidos, generando una imagen en blanco y negro en una película digital o en una pantalla.
Durante el examen, el paciente debe permanecer quieto para evitar imágenes borrosas. En algunos casos, se utiliza un medio de contraste para mejorar la visualización de determinados órgãos ou tecidos.
Es el tipo más común y se utiliza para visualizar huesos y articulaciones, detectar fracturas, luxaciones y evaluar la estructura ósea en general. También se aplica en tórax y abdomen para evaluar pulmón e intestinos.
Su rapidez y bajo costo la convierten en una herramienta de primera línea para urgencias médicas, accidentes o controles periódicos.
Implica el uso de sustancias que resaltan órganos específicos. Se usa comúnmente para examinar el tracto gastrointestinal, urinario y vasos sanguíneos. El contraste puede ser ingerido, inyectado o introducido por otras vías.
Este tipo de radiografía permite detectar estenosis, tumores, cálculos y malformaciones que no serían visibles en una radiografía simple.
Utiliza sensores digitales en lugar de películas fotográficas, lo que permite obtener imágenes de alta calidad de forma instantánea. Facilita el almacenamiento, análisis y envío de imágenes entre profesionales de salud.
Además de reducir la exposición a la radiación, mejora la eficiencia diagnóstica y agiliza el proceso clínico.
Es una imagen panorámica usada especialmente en odontología o para evaluar la columna vertebral y miembros inferiores. Proporciona una visión amplia de estructuras que no caben en una imagen tradicional.
Su uso permite planificar cirugías ortopédicas, tratamientos dentales y correcciones posturales.
Evalúa el movimiento de las articulaciones en diferentes posiciones. Es útil para identificar inestabilidad articular o problemas mecánicos en rodillas, hombros o columna.
Este tipo de estudio aporta información más dinámica sobre el funcionamiento del cuerpo.
Generalmente, la radiografía no requiere preparación especial. En exámenes con contraste, puede ser necesario ayuno previo o hidratación posterior. Es importante informar al profesional si está embarazada o sospecha de embarazo.
Después del examen, el paciente puede retomar sus actividades normalmente. En caso de uso de contraste, se recomienda ingerir bastante agua para eliminar la sustancia del organismo.
Aunque la radiografía es segura, debe evitarse en mujeres embarazadas, especialmente en el primer trimestre, salvo en casos de extrema necesidad. También debe usarse con cautela en personas expuestas frecuentemente a radiación.
Pacientes con alergia a medios de contraste yodados (en radiografías contrastadas) deben informar al médico para buscar alternativas.
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