La DTM, o disfunción temporomandibular, se refiere a un conjunto de trastornos que afectan la articulación temporomandibular, los músculos responsables de los movimientos mandibulares y las estructuras asociadas. Esta condición puede causar molestias significativas, como dolor en la mandíbula, ruidos articulares y dificultad para masticar o hablar.
Aunque muchas personas asocian la DTM con un problema exclusivamente funcional, cada vez más se reconocen sus efectos estéticos, ya que puede influir en la simetría facial, la postura mandibular y la armonía del rostro. Por eso, el tratamiento estético de la DTM también se enfoca en devolver el equilibrio estético facial.
El tratamiento de DTM sirve para aliviar el dolor, mejorar la función de la articulación mandibular y restaurar la estética facial afectada por el trastorno. También puede reducir síntomas asociados como dolores de cabeza, zumbidos en los oídos y tensión en el cuello.
Además de los beneficios funcionales, el tratamiento estético puede suavizar líneas de expresión causadas por tensión muscular, corregir asimetrías y mejorar la calidad de vida del paciente al devolverle la comodidad al hablar, sonreír y masticar.
El principal efecto del tratamiento de DTM es el alivio de los síntomas dolorosos y la mejora en la movilidad mandibular. Los pacientes suelen reportar una disminución significativa del dolor, menos tensión en la cara y una mayor facilidad para abrir y cerrar la boca.
Estéticamente, también se observa una mejora en la simetría facial y relajación de la musculatura mandibular, lo que da al rostro un aspecto más armónico y menos tenso. Esto impacta positivamente en la autoestima y confianza del paciente.
Sí, el tratamiento de DTM puede tener algunas contraindicaciones, dependiendo del método utilizado. Por ejemplo, la aplicación de toxina botulínica para relajar los músculos no está recomendada para personas embarazadas, lactantes o con enfermedades neuromusculares.
Además, pacientes con alergia a componentes de los materiales usados o que estén en tratamiento con ciertos medicamentos deben informar a su especialista. Una evaluación individualizada es fundamental para indicar el tratamiento adecuado y seguro.
El tratamiento puede incluir diferentes abordajes, dependiendo del grado y tipo de disfunción. Entre ellos están el uso de férulas o placas de mordida, terapia física y relajante, y en algunos casos, la aplicación de toxina botulínica para relajar los músculos responsables de la tensión mandibular.
Durante la consulta, el especialista realiza un examen clínico, escucha los antecedentes del paciente y puede solicitar imágenes para evaluar mejor la articulación. Luego, se define el plan de tratamiento, que puede incluir sesiones periódicas de ajustes y acompañamiento multidisciplinario.
La duración del efecto varía según el tipo de tratamiento aplicado. En el caso de la toxina botulínica, los efectos pueden durar entre 4 y 6 meses, siendo necesaria su reaplicación para mantener los resultados.
Tratamientos como las férulas o la fisioterapia requieren un seguimiento a mediano o largo plazo, con mejoras progresivas. El éxito a largo plazo depende de la adhesión del paciente al tratamiento y al acompañamiento profesional.
Este procedimiento está disponible en la Clínica Consulta. Acceda al sitio oficial y agende una consulta con un especialista para iniciar su tratamiento de DTM de manera segura y eficaz.
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