El hepatólogo es el médico especializado en el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades que afectan el hígado, así como la vesícula biliar, las vías biliares y el páncreas. Su función es esencial para mantener el correcto funcionamiento de estos órganos, que son fundamentales para la digestión, el metabolismo, la producción de proteínas y la eliminación de toxinas del cuerpo.
Este profesional evalúa desde alteraciones hepáticas leves hasta enfermedades crónicas y complejas, como hepatitis virales, cirrosis y cáncer de hígado. Utiliza exámenes de imagen, análisis de sangre y biopsias para establecer diagnósticos precisos y planificar tratamientos personalizados que pueden incluir medicamentos, cambios en la dieta o derivación para trasplante hepático.
¿Qué enfermedades trata un Hepatólogo?
Hepatitis viral (A, B, C): Infecciones que causan inflamación del hígado, transmitidas por agua contaminada, relaciones sexuales o sangre.
Hígado graso no alcohólico (NAFLD): Acumulación de grasa en el hígado, asociada al sobrepeso, la diabetes y el sedentarismo.
Cirrosis hepática: Daño crónico y progresivo del hígado que puede derivar en insuficiencia hepática o cáncer.
Cáncer de hígado (hepatocarcinoma): Tumor maligno que requiere detección temprana para mejorar el pronóstico.
Colangitis esclerosante primaria: Enfermedad inflamatoria crónica de las vías biliares que puede llevar a cirrosis.
Hemocromatosis: Acumulación excesiva de hierro en el cuerpo, que puede dañar el hígado y otros órganos.
Enfermedades autoinmunes hepáticas: Como la hepatitis autoinmune, en la que el sistema inmunológico ataca al hígado por error.
¿En qué puede ayudar el Hepatólogo?
El hepatólogo puede ayudarte a controlar síntomas como fatiga persistente, ictericia (coloración amarilla en piel y ojos), dolor abdominal y náuseas frecuentes. También es esencial en el seguimiento de pacientes con enfermedades hepáticas crónicas, previniendo complicaciones como hemorragias digestivas, ascitis o encefalopatía hepática.
Además, este especialista orienta sobre cambios en el estilo de vida, alimentación y vacunación, y monitorea de cerca la evolución de la función hepática a través de controles periódicos. En casos más graves, coordina el proceso de evaluación para trasplante de hígado y ofrece acompañamiento durante el tratamiento oncológico hepático.
¿Qué exámenes solicita el Hepatólogo?
Pruebas de función hepática (TGO, TGP, GGT, bilirrubina): Miden el estado del hígado y detectan inflamación o daño.
Ecografía abdominal: Permite visualizar el hígado, la vesícula y los conductos biliares en busca de anomalías.
Elastografía hepática (Fibroscan): Mide la rigidez del hígado, útil para evaluar fibrosis o cirrosis sin necesidad de biopsia.
Biopsia hepática: Obtención de una muestra de tejido hepático para diagnóstico preciso de enfermedades crónicas.
Marcadores virales de hepatitis: Detectan infección por virus de hepatitis A, B o C mediante análisis de sangre.
Tomografía computarizada o resonancia magnética: Aportan imágenes detalladas para detectar tumores, quistes o cambios en la estructura hepática.
Estudios de coagulación: Evalúan la capacidad de coagulación, que puede estar comprometida en enfermedades hepáticas avanzadas.
¿Cuándo acudir a un Hepatólogo?
Color amarillento en piel u ojos (ictericia): Puede ser señal de problemas hepáticos graves como hepatitis, cirrosis o bloqueo de las vías biliares.
Diagnóstico de hepatitis viral: Ante una prueba positiva para hepatitis B o C, el hepatólogo es esencial para iniciar tratamiento y evitar complicaciones.
Dolor o molestia en el lado derecho del abdomen: Puede estar relacionado con inflamación del hígado, hígado graso o enfermedades de la vesícula.
Alteraciones en las pruebas hepáticas: Niveles elevados de enzimas hepáticas o bilirrubina requieren una evaluación completa del hígado.
Presencia de ascitis (líquido en el abdomen): Signo común de cirrosis avanzada que necesita tratamiento inmediato.
Sospecha o antecedentes de cáncer hepático: Personas con hepatitis crónica, cirrosis o familiares con cáncer de hígado deben realizar controles periódicos.
Alcoholismo o uso prolongado de medicamentos hepatotóxicos: El consumo excesivo de alcohol o ciertos fármacos puede dañar el hígado, siendo necesario el seguimiento por un especialista.
¿Qué medidas ayudan a prevenir enfermedades hepáticas?
Mantener una alimentación balanceada, rica en frutas, verduras y baja en grasas saturadas, ayuda a prevenir el hígado graso y otros trastornos hepáticos. Evitar el consumo excesivo de alcohol, realizar actividad física regularmente y controlar el peso también son fundamentales para la salud del hígado.
Vacunarse contra la hepatitis A y B, no compartir objetos cortopunzantes y utilizar protección en relaciones sexuales ayudan a evitar infecciones hepáticas. Además, no automedicarse y realizar controles médicos periódicos permiten detectar alteraciones a tiempo y prevenir enfermedades graves.
¿Qué preguntar a un Hepatólogo en la primera consulta?
¿Cuál es el estado actual de mi hígado?
¿Qué exámenes necesito para confirmar el diagnóstico?
¿Mi enfermedad tiene cura o es crónica?
¿Qué dieta debo seguir para proteger mi hígado?
¿Es necesario realizar una biopsia hepática?
¿Qué riesgos tengo si no me trato?
¿Con qué frecuencia debo hacerme controles?
¿Tienes síntomas digestivos persistentes, sospechas de hepatitis o diagnóstico de enfermedad hepática? Agenda tu consulta con un hepatólogo de Clínica Consulta y cuida tu salud hepática con atención especializada y preventiva.